El enfoque profesional de la iluminación se basa en tres capas:
La iluminación principal proporciona la luminosidad básica en la habitación. Suele consistir en plafones, lámparas de araña o lámparas de techo que distribuyen la luz de manera uniforme.
La iluminación funcional se centra en actividades concretas: lámparas de escritorio para trabajar, iluminación sobre la encimera de la cocina o lámparas de lectura junto al sillón.
La iluminación decorativa añade ambiente y carácter: lámparas de noche, candelabros, guirnaldas LED o lámparas de pie de diseño que crean una atmósfera acogedora.
A la hora de elegir la iluminación, conviene tener en cuenta algunas reglas básicas:
Actualmente predominan las formas minimalistas, los materiales naturales como la madera y el ratán, y las tecnologías LED que ofrecen ahorro energético. También son cada vez más populares los sistemas de iluminación inteligentes que se pueden controlar mediante aplicaciones móviles.
Recuerda que la iluminación ideal es aquella que se adapta a ti y a tu estilo de vida. Vale la pena invertir en calidad: unas buenas lámparas te durarán años y crearán un ambiente único en tu hogar.