Un enfoque profesional de la iluminación se basa en combinar diferentes tipos de luz que se complementan entre sí:
Iluminación general
Proporciona la claridad básica en la estancia. Normalmente son lámparas de techo, plafones o candelabros que distribuyen la luz de manera uniforme por toda la habitación.
Iluminación funcional
Se centra en actividades concretas: lámparas de escritorio para trabajar, iluminación sobre la encimera de la cocina o lámparas de pie junto al sillón para leer.
Iluminación decorativa
Aporta ambiente y carácter al espacio. Pueden ser lámparas de noche, lámparas de pie de diseño, apliques de pared o guirnaldas LED que crean una atmósfera cálida y acogedora.
A la hora de elegir la iluminación, conviene tener en cuenta algunas reglas básicas:
Actualmente predominan las formas minimalistas, los materiales naturales como la madera y el ratán, y las tecnologías LED que ofrecen ahorro energético. También son cada vez más populares los sistemas de iluminación inteligentes que se pueden controlar mediante aplicaciones móviles.
Recuerda que la iluminación ideal es aquella que se adapta a ti y a tu estilo de vida. Vale la pena invertir en calidad: unas buenas lámparas te durarán años y crearán un ambiente único en tu hogar.